Ya han llegado las vacaciones para muchos de vosotros, otros estáis a punto de comenzar, sea como sea, las vacaciones suponen, en muchas ocasiones, que bajemos la guardia respecto al cuidado de nuestro cuerpo. Sin embargo, pequeñas y fáciles rutinas pueden ayudar a cuidar nuestra piel tan castigada en verano por culpa del sol.
Lucir moreno en verano puede ser muy saludable, ya que el sol es una fuente natural de vitamina D. Con tan sólo una exposición diaria de 5-10 minutos al sol, ayudamos a que nuestro organismo metabolice toda la vitamina D que necesita para su correcto funcionamiento. Sin embargo, si no se hace correctamente, también puede ser un peligro para la piel, que con el calor estival se deshidrata más rápidamente. Además, con el sudor se genera humedad, haciéndola más vulnerable a infecciones.
La piel no sólo es el órgano más extenso del cuerpo humano y, por tanto, el que está más expuesto, sino que además es el único que tiene memoria.
Más allá del efecto estético a corto plazo, no cuidar adecuadamente la piel después de tomar el sol puede provocar manchas, pecas, arrugas y, en el peor de los casos, cáncer de piel. Por ese motivo, después de un día de playa o piscina o, simplemente, de una jornada de turismo bajo el sol, mimar la piel es clave, tanto para conservar el bronceado como para evitar enfermedades.
DESPUÉS DEL SOL, TOCA HIDRATAR LA PIEL
Si queremos contrarrestar los efectos dañinos que el sol ha podido causar a nuestra piel, no tenemos más remedio que poner en práctica una serie de cuidados post solares, una vez que lleguemos a casa.
La elevada temperatura a la que hemos sometido nuestro cuerpo después de una exposición al sol provoca pérdida de agua cutánea y vasodilatación. Por ello, es necesario aplicar productos que la calmen e hidraten.
Así que después de una jornada al sol, sigue estos pasos para ayudar a la recuperación de tu piel
1. Una buena ducha
Tras haber pasado el día al sol en la piscina, playa o montaña, la piel acumula impurezas y calor. Refresca tu cuerpo bajo el agua y déjala correr para que sientas su efecto calmante. Utiliza un jabón suave, a ser posible uno de pH neutro y no frotes demasiado con la esponja, para evitar más rojeces.
También es recomendable un baño de agua tibia, al que puedas añadir aceites esenciales.
2. No es el momento para una exfoliación
Aunque la exfoliación es la mejor manera de preparar tu piel para que asimile los principios activos de las cremas hidratantes, no es el momento. Justo después de tomar el sol, la exfoliación va a contribuir a irritar más la piel y a causarle más rojeces, si ya las tienes.
Y, sobre todo, no sometas a tu cuerpo a una exfoliación, si te has excedido con el sol o tienes quemaduras. Este paso no va a ayudar a que tu piel se calme, todo lo contrario.
3. Hidratación a tope
El mejor consejo de belleza después de un día al sol es hidratar tu piel al máximo. Así que, después de la ducha aplícate de forma generosa una loción corporal que contenga principios activos calmantes y reestructurantes. Son muy recomendables aquellos tratamientos con contenido en:
El mejor consejo de belleza después de un día al sol es hidratar la piel al máximo
Un buen consejo es meter la loción en la nevera unas horas antes, la piel agradecerá el frescor que te aporta. Si eres de las que confías en el aftersun para mitigar los daños del sol, puedes aplicar primero este producto y horas después la loción corporal. Tu piel quedará muy bien hidratada y aprovecharás los beneficios de ambos tratamientos.
CUIDADO ESPECIAL CON LA PIEL DEL ROSTRO
Capítulo aparte, merece el cuidado del rostro después de haber tomado el sol. Es la piel más sensible del cuerpo y la que primero muestra arrugas, como síntoma de envejecimiento cutáneo.
Sigue este orden de pasos para mantener tu piel en buen estado, después del sol:
La característica principal y exclusiva del serum es que se trata de un tratamiento con principios activos de alta concentración, superior al de las cremas faciales. Además, llega a las capas más profundas de la piel, por lo que su acción es más efectiva.
Es muy recomendable para aplicarlo después de tomar el sol, porque posee una gran acción reparadora y reafirmante. Da luminosidad a la piel y es un verdadero choque antiarrugas.
Para las pieles más secas, el serum resulta de gran ayuda, por su alto poder de hidratación y también para evitar la aparición de manchas en la piel.
A pesar de su gran aporte en principios activos, no debes ver el serum como un sustituto de las cremas faciales. Estas vienen a completar el tratamiento facial y aportan otros beneficios a la piel.
La edad recomendada para el uso de serum, incluso mañana y noche, antes de la crema facial, es a partir de los 30 años.
-El aceite germen de trigo, un gran antioxidante con función fotoprotectora y estimulante de la microcirculación de la piel.
-El aceite de almendras dulces que ayuda a restaurar la barrera protectora de la piel y favorece la regulación de la fase lipídica del manto cutáneo.
-El aceite de pepitas de uva que, por su elevado contenido en ácido linoleico, dota a la piel de flexibilidad.
Lo idóneo es que las utilices una vez a la semana en verano, si estás tomando el sol de forma habitual. Así, contribuirás a bloquear la síntesis de melanina que produce tu piel cuando entra en contacto con el sol y le aportarás nutrientes y minerales necesarios para restaurar su función protectora natural.
Si puedes llevar a cabo todo este plan de belleza post solar por la noche mejor, ya que es el momento en el que tu piel se relaja y absorbe de forma más adecuada los principios activos beneficiosos que le estás aportando.
LOS ALIMENTOS QUE AYUDAN A REGENERAR LA PIEL
Algunos alimentos y bebidas también pueden ayudar a restaurar las funciones de una piel castigada por el sol. Si los tenemos en cuenta, contribuirán a recuperar los niveles de hidratación, bloquear la acción de los radicales libres y los daños producidos en las células cutáneas.
Estos serían los principales alimentos para tener en cuenta:
1. Aceite de girasol, frutos secos, pipas de girasol contienen vitamina E, un gran antioxidante que sirve para inutilizar la acción de los radicales libres, responsables del daño celular y envejecimiento.
Además, el aceite de girasol es rico en ácido linoleico, Omega 6. Un ácido graso esencial pero que nuestro organismo no puede sintetizar, por lo que se hace necesario ingerirlo a través de la alimentación. Este ácido forma parte de las membranas celulares aportando capacidad de elasticidad y resistencia frente a agresiones externas como el sol.
2. Zumos de frutas ricos en vitamina C, de poder antioxidante. Aquí se encuentran todo tipo de cítricos, fresas, kiwi, melón, sandía…
3. Hortalizas como el tomate, pimiento, brócoli, coliflor también son grandes portadoras de vitamina C.
4. Zanahoria, albaricoques, melocotones, calabaza, calabacín o espinacas. Debido a su contenido en betacaroteno, cuya cantidad se ve disminuida en nuestro organismo después de tomar el sol, es necesario restaurarlo porque es de gran poder antioxidante y un gran reparador de las membranas celulares.
5. Carnes rojas de ternera, cordero y cerdo para asimilar el alto contenido en zinc que poseen. Uno de los minerales más abundantes en nuestro organismo y necesario para la síntesis de colágeno y queratina. También hay que tener en cuenta que su consumo no tiene que ser excesivo.
6. Infusiones con poder antioxidante, como el té verde.
7. Agua en abundancia. La mejor hidratación tras la pérdida de agua provocada por el calor.
8. Pescado azul. Por su contenido en Omega 3 y vitamina B, ayudan a la reparación de los daños causados por el sol, porque estimulan el proceso de renovación celular. Como el salmón, atún, sardinas…
Así que ya sabes, toma el sol con precaución y previene el envejecimiento de la piel con estos cuidados para mantenerla en buen estado.
MANU MARFIL